Cuando Colón llegó por
primera vez a las Islas de la Bahía en su cuarto viaje al Nuevo Mundo entre
1502 y 1504, el se encontró con los indios Paya. Los historiadores creen que
llegó a la Bahía que se encuentra al norte de la playa. El soldado en el lado
oeste de Guanaja, en la actualidad conmemorado con un pequeño monumento. Cerca
de aquí, su tripulación capturó una canoa cargada de “pequeños cuchillos,
hachas de cobre, espadas con dientes de obsidiana, campanas de cobre, contenedores
para fundir metal, ropa de algodón teñido, cerámica, cerveza de maíz y semillas
de cacao que utilizaban como dinero.
A lo largo del siguiente siglo, los Isleños
fueron sujetos a invasiones españolas para llevarlos como esclavos, ponerlos a
trabajar en las minas de oro, y más tarde cristianizados y usados para la labor
agrícola. El archipiélago de las Guajanas fue formalmente incorporado a la
provincia de Honduras en 1528. Al mismo tiempo, los franceses, holandeses e
ingleses atacaban y robaban los puertos españoles caribeños y las rutas de los
barcos. Las Islas de la Bahía estaban situadas perfectamente para tales
ataques. La comida fresca era abundante y los Galeones españoles cargados con
oro y plata del Nuevo Mundo salían regularmente hacia Europa vía Cuba.
Utensilios de cerámica de cocina que datan de
1500 son abundantes en los sitios de los naufragios en las islas. Durante el
período español en las Américas, jarros de cerámica fueron utilizados para el
transporte de granos, aceite, y vino europeo a los establecimientos recién
colonizados. Algunos jarros estaban recubiertos con un barniz impermeable de
plomo para almacenar los líquidos. Los fragmentos de estos “jarrones de oliva
española: son encontrados frecuentemente en los sitios arqueológicos como
también por buceadores en el mar.
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